…un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes…
El cautivo J.L.Borges
En esta danza de manos ciegas. Te tapo con el viento. Te
escurrís de atardeceres y apenas una silueta en el agua te dibuja.
…dejame una última vez revolcarme
en tu murmullo. Viene el blanco a llevarme porque mis ojos no son de esta
tierra.
Juguemos la
tarde como pájaros. Ondear en aromas. Hojas, árbol, aliwen. Una melodía durmió
en el yuyal de labios: tus “aes” en mis comisuras, tus “haches” de sabores
dulces en mi entraña virgen.
Espejos-agua desnudos. La miel te lame en espera. Y tu sombra me
penetra, libre.
Es el barro el que acaricia mi
frente y tus huesos, margaritas silvestres. Sin embargo me recuesto en opaco.
Te veo y me ves aunque tus ojos se nieguen a mirarme salvaje.
Dicen que el malón me trajo. Ahora
el huinca me devuelve pero no sé vivir entre paredes.
…dejame una última vez…

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